Obviamente, mi adorado y yo empezamos a hablar de las causas del poco gusto actual por la lectura, y no podemos echarle la culpa sólo a la TV, puesto que a nosotros también nos tocó pasar horas delante de la caja idiota devorando cuanta porquería nos ponían. Sin embargo, recuerdo que pasaban pelis sobre clásicos como La vuelta al mundo en 80 días, Viaje al centro de la tierra, Gulliver, El fantasma de la ópera, y ninguno era tan aburrido. ¿Que no había videojuegos en esos tiempos? ¡Por supuesto que los había! Tal vez no tan sofisticados como los actuales, pero también pasábamos horas pegados a ellos. Claro que también nos compraban infinidad de “cuentitos”, o lo que es lo mismo, Tebeos. Super Ratón, Mickey Mouse y e Pato Donald, La pequeña Lulú, Supermán, Archie e infinidad más de historietas que nos hacían las delicias como peques. Claro que no había PC’s, ni una TV en cada habitación y la de la sala había que compartirla con toda la familia, lo que implicaba largas horas de culebrones que encantaban a las abuelas, así que mientras tanto se salía a jugar, a correr, a leer o pelearse con hermanos y amigos, cuando no era hora de hacer los deberes de la escuela.
¿Entonces? ¿Qué es lo que ha cambiado tanto? Quizás no es que las cosas hallan cambiado tanto, puesto que la mayoría de la gente de nuestra generación tampoco gusta de la lectura, por no decir que son inapaces de hacer un resumen o sinopsis de una historia, y esos mismos son ahora padres, cuando no abuelos, que han transmitido su óptica de la vida a las generaciones subsiguientes, quienes encuentran en la cultura audiovisual algo que la lectura no les ofrece, y su a eso le agregamos ese discurso farragoso que pretende hacer de La Cultura algo lejano y poco amigable, no es de extrañar que los chicos se acerquen aún menos a la literatura. Vamos, que si me hubiese tenido que tragar Moby Dick a los 12 años como pretendía mi profe, odiaría terriblemente los libros. Por suerte, ya había visto y leído varias versiones accesibles para niños, de lo contrario seguro que hoy sería una fanática de Gran Hermano.