Día si, día también, me toca oir y leer todo tipo de comentarios contra la anorexia; desinformados, en el menor de los casos, con un odio feroz en la mayoría, algunos pintados de una condescendencia rayante, pocos con una mirada empática hacia quienes la padecemos. ¿Qué es la anorexia? Pues básicamente un transtorno alimenticio de origen psicológico, no un berrinche de princesa como por ahí se comenta. Es cierto que la anorexia viene a reforzarse por estereotipos externos que nos exigen un cuerpo danone, bombardeos mediáticos y mil cosas más pero, y este pero es el quid de la cuestión, la anorexia principalmente se genera por una personalidad obsesiva compulsiva y una necesidad imperante de tener el control de algo, y si no hay control sobre las circunstancias externas, por lo menos tenerlo sobre el propio cuerpo. Ahora bien, no todos los anoréxicos nos pasamos la vida contando cada bocado que entra a nuestros cuerpos, ni midiendonos a diario o pasando por el control de la báscula, que cada cabeza es un mundo, así que hablaré de lo que conozco, es decir, de mí.
Mi anorexia es nerviosa, a mayor estrés, menos apetito, ya que la tensión se me acumula en el estómago llegando al punto en que pensar en comer me produce nauseas, ya que tengo prácticamente acalambrada la boca del estómago. Y no, no es que no tenga hambre, es que hay cosas mas urgentes que requieren mi atención y dejo de lado la comida. Para acabar de agravar la cuestión, necesito variedad, y no veo ya a la comida como una recompensa per se, así que si voy a comer, debe ser algo delicioso, que realmente satisfaga mi paladar, de lo contrario no vale la pena gastar tiempo y energía en alimentarse. Si, está muy mal, porque el alimento es prioritario y bla-bla-bla, pero habla una anoréxica, ¿de acuerdo?
Por suerte el alimento no se ha convertido en un enemigo, ni en una obsesión que requiera recuentos calóricos, pero tampoco es precisamente algo de primera importancia. Ahora bien, como ya dije, soy obsesiva y requiero sentir que tengo el control sobre algo, así que trato de mantener el control sobre mi cuerpo. ¿Qué implica eso? Pues hacer ejercicio, comer sanamente, evitar alimentos grasosos... vamos, tratar de mantener la línea (y nunca mejor dicho). Así soy en los días normales, de vez en cuando me doy el gusto de un postre, una comida altamente calórica o no hacer nada en todo el día y quedarme en cama. Lo malo es cuando el factor normal de estrés se intensifica, pues sigo queriendo cumplir con todas mis rutinas, pero no como. Consecuencia de esto es el adelgazamiento excesivo, y en ocasiones veloz.
Hija, te ves divina, ¿que te has hecho?, Has perdido un poco de peso, ¿verdad?, Pues si, lo malo es que el "poco de peso" en mi caso pueden ser hasta 2 kilos en una semana, lo que significa que parezco poco más que un perchero ambulante. Y a eso viene aunada la obsesión de pesarse diariamente, mañana y noche, para tratar de controlar los números, ya que no hay nada mas en control. Y es entonces cuando empieza el otro martirio femenino, el de No tengo qué ponerme, porque no es que no tenga montones de pantalones, blusas y vestidos, no, el problema es que todo me sienta mal y se me cae, abolsando en sitios donde antes había carne. Y este último año y cacho ha sido tan así que he tenido que deshacerme de casi todo, reutilizar mi "ropa de flaca" y llegar a comprar tallas mas chicas aún, porque incluso esa ropa me queda grande.No, ser anoréxica no es divertido, tampoco es un orgullo, y en definitiva no es algo que yo le desearía a nadie. Aquellas que se quejan de que en Zara y similares solo hacen ropa para anoréxicas podrían sorprenderse al comprobar que la ropa de esas tiendas no me sienta bien, ya que tiene espacios para curvas que yo ya no poseo, así que tampoco es muy adecuada. Y si, puedo darme el lujo de parecer modelo, con lo alta y espigada que me veo; ponerme cosas que a casi nadie le sientan bien, ir a comprar mi ropa en tiendas para adolescentes y jactarme de que me quedan mejor que a muchas de ellas, y saber que tengo un cuerpo que muchas con la mitad de mi edad envidian y quisiesen presumir. Por suerte no me he acercado a parecer un damnificado de Biafra, que todavía muestro algunas curvas, pero puedo decir que se han vuelto escasas, y en las clases de danza árabe eso me ha resultado evidente.
¿El paraíso? Pues no, tan solo un pequeño y particular infierno. Porque las consecuencias del estress y la desnutrición son la caída de cabello, la piel reseca, uñas quebradizas, unas ojeras de mapache impresionantes; añadase a esto un sistema inmunodepresor altamente debilitado, que conlleva resfriados cada dos por tres, hipotermia, hipoglucemia, hipotensión (que de alguna manera se compensa con el estrés que me cargo, que sin o ya me habría dado un colapso hace mucho); cansancio excesivo, poca atención y retención, dificultades para concentrarse y un sin fin más de etcéteras.
En fin que la anorexia es un problema de salud muy serio, con terapia lo voy sobrellevando y he empezado a recuperar algunos kilos pero, al gual que el alcoholismo, las adicciones y similares, es un proceso de día a día. No sé si mañana tendré apetito, si no podré tragar ni un vaso de agua, o si tenga un excepcional momento en que mi cuerpo exija todo ese alimento del que se ha visto privado y pueda darme un atracón decente, ya que el tamaño de mi estómago se ha reducido drásticamente. No lo sé, ya veremos mañana.
PD. Perdón por la pornografía emocional, pero hay veces que es necesaria.



Pfffff. Pasadas las elecciones y con 2 noches sin dormir. En parte por estar al pendiente de lo que pasaba mediante internet, en parte por tener la suerte de vivir a poco más de una calle de la sede del PAN en el DF. 2 noches 2 oyendo claxonazos, gritos de felicidad, y caravanas celebrando la victoria de Calderón. Por supuesto, a eso hay que agregar los gritos y rechiflas de los que le iban al Peje, que andan bastante enojados. Todo el día de hoy oyendo caravanas de panistas festejando. Varias horas de soportar el escándalo del tráfico porque la policía cerró la avenida para evitar el paso hacia la sede del PAN. No me pregunten si es que ya estaba eso a reventar o por otra razón. Lo cierto es que se armó un desastre de antología. Y ahora fuegos artificiales a una calle de distancia.