
Que si, que ayer fue el día de la indolencia, del dolce far niente, de ponerme al día con la pila de diarios acumulados durante una semana y enterarme de todo lo que pasó mientras yo estaba metida en el inframundo. Y veo dos artículos que me llaman poderosamente la atención. por un lado, uno que habla de las enfermedades en días de descanso de los workaholics, y por otro, una que dice de un estudio en Alemania sobre workaholics y vida sexual. ¡Anda ya!
Y ahora viene alguien y pregunta que qué cuernos es un guorcajolic, que de dónde me inveno palabros tan raros. Pues nada, que en el idioma de Cervantes se traduce como trabajólico, o lo que es lo mismo, alguien adicto al trabajo. Si, como casi todos mis conocidos. En fin, pasemos a la materia que da pie a este texto.
Las enfermedades y el descanso
Pues resulta que uno de esos estudiosos de alguna universidad extranjera (porque siempre los descubrimientos acontecen en extranjia, si no no son noticia) descubrió que cada vez que salía de vacaciones o daba el viernes en la tarde se enfermaba, y eso de pasar los días de descanso enfermo no mola nada, mientras que cuando estaba copado de trabajo y más estressado que Hitler en sus últimos días, su salud intacta, oiga. Y pues como el señor tenía algo que ver con los rollitos sociales y tal, decidió que mejor se ponía a averiguar qué demonios pasaba en vez de decidir que si las vacaciones son enfermantes habría que vivirsela trabajando y santo remedio. Y es que tampoco quería llegar a la conclusión de que si el trabajo es salud, que trabajen los enfermos. Como sea, que se puso a comentar con colegas y descubrió una fuerte tendencia a enfermar entre los workaholics.


Pero bueno, como que se ve un pequeño patrón de conducta, ¿no? Y ahora vamos al otro tema que parece más espinoso y lleno de aristas: el sexo. Y no me refiero al sexo en días de descanso, sino al tema del otro artículo.
Los workaholics y el sexo
Dice otro estudio, realizado esta vez en Alemania, que los adictos al trabajo tienen poco sexo. ¿Y para eso se requiere una encuesta? ¿A qué bendita hora si trabaja uno como negro yt llega a casa reventado? En fin. Según un estudio encargado por una firma médica, o algo así, las personas con poca satisfacción sexual en sus vidas desquitan la energía sobrante trabajando. O lo que es lo mismo, tanta testosterona y adrenalina se deben sacar en algun lado, y el stress requiere de mucha adrenalina.
Vaya cosas tan interesantes. Tras estas dos notas me puse a pensar, especialmente tras no pasar sino de la cama al sillón y viceversa, que qué bueno que a mí tan sólo me da por la anorexia, y la enfermedad ha brillado por su ausencia. Como sea, si alguno de vosotros no está de vacaciones, pues nada, a hacer caso a los estudios y relajarse, de preferencia dejando de lado el trabajo y llamando a su churri con el pretexto de que ya no quiere ser un guorcajolic, y que aproveche.
2 comentarios:
Mirà, es la primera vez que paso pero me encantò tu blog.
Me identifico con muchas cosas (lo de extremista, lectora compulsiva, etc)y al mismo tiempo me encanta leer lo que escribìs y los libros que recomendàs parecen ser excelentes. La verdad divino todo.
Espero que andes bien.
Pues asi pasa cuando uno se vuelve "trabajólico" Yo ahora estoy por tomarme el año sabático de trabajo, lo que no quiere decir que me vaya a picar un ojo, picar otro ojo ...y ¿cómo chateo? Pero será interesante no tener que trabajar después de hacerlo como parte integral de mi vida...
Publicar un comentario