lunes, mayo 12, 2008

No me hallo

Heme aquí, de vuelta en casa, en mi nido. Tras un mes entero en el sur de España me hallo de nueva cuenta en mi ciudad de nacimiento, en la cuna de mis neurosis, la gran megalópolis llamada Ciudad de México. Y algo ha cambiado en mí, definitivamente. Puede que sea el jetlag, o puede que sea otra cosa. Simplemente es que no me acostumbro, que todo me resulta extraño y distante. Me siento como Neo cuando pasea en la ciudad a su regreso, Matrix ya no sabe quién es él, pues ya no forma parte del sistema. Enrarecimiento, enajenamiento, otredad... todas estas palabras podrían servir, pero no reflejan lo que experimento. ¿Ten cuidado con lo que deseas? Tal vez... Puede que sólo sea el cansancio y el jetlag, puede que sea algo más. El tiempo lo dirá. Por el momento pongo una canción de un viejo grupo ahora desaparecido: El personal. Nim, ¿los recuerdas?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Estuve de visita en tu megalópolis de veinte millones de individuos y me quedé alucinado. El choque de una urbe enorme y, para mí, exótica. Aquello parecía un caldero donde podía pasar de todo, a pesar de que teneis el Xochimilco para escapar un poquito, je, je...

Si vienes del Sur de España, Málaga, Córdoba, Granada,Sevilla, etc, como aquellas ciudades son tan diferentes no me extraña que te sientas rara, ya que has pasado un mes, nada menos, cuando lo normal son quince días de vacacioncitas.

Yo creo que es síntoma de que te has convertido en La Viajera Apátrida, ja, ja, aunque sea solo un poquito, que pertenece a todas partes y a ninguna en particular. No es mala cosa, Ulises hacía lo mismo y se lo pasaba pipa...

Errantus dijo...

Bueno, Francissco, ya sabes lo que es vivir en este mosntruo de ciudad. En cuanto a lo de no ser ni de aquí ni de allá no es nada nuevo para mí, como que parte de mis raíces se hallaban ya en el sur de España, y siempre he sido un poco forastera en mi propia tierra.

Y lo de pasarlo pipa, aquí y donde sea, que me bebo la vida conforme se presenta.

Strega: Mater Tenebrarum, Dame Merencoly. dijo...

Ante todo bienvenida. Me parece entender como te sientes... me ha pasado, cuesta trabajo regresar. Fellini decía que la importancia de un viaje se conocía por la violencia del regreso. Y bueno, si quieres, te ayudo a buscarte en el directorio telefónico, o llamo a locatel pa preguntar on tas... o simplemente te presto mi brujil presencia para charlar. Lo que sea, aquí toy y te quiero.

Errantus dijo...

Aziaz, hermana bruja. Te llamaré mañana para tomarnos un café en estos días. Que necesito ubicarme y el retorno se me está haciendo cuesta arriba. Ya no sé caminar por las cales de esta ciudad, varias veces me he sorprendido por la violencia del tráfico. Y no hablemos del ruido, tanto grillo me empieza a fastidiar.

Anónimo dijo...

Te comprendo perfectamente, pues a mí me suele suceder un proceso similar pero, en rigor, inverso; cuando vuelvo a mi pequeño pueblo luego de pasar varias semanas en la ciudad más grande que tenemos en la Argentina: Buenos Aires.

Me ha encantado lo de "La viajera apátrida": te sienta muy bien. :D

Besos.

Errantus dijo...

De hecho Clau, por algo es que llevo años siendo Errantus: la errante, la peregrina. Así que estamos ante la confirmación de que no tengo un lugar fijo para estar, y hace mucho que sé que una casa no es un hogar. Porque el hogar es donde ponemos el corazón, así que mi hogar se encuentra repartido por varias partes del planeta. ;)

Anónimo dijo...

Bienvendia Errantus, a esta vendavalosa, agobiantemente calurosa y a ratos humeda ciudad, ya se te extrañaba, y aunque aun no te halles como buena forastera en tierra familiar, sabes que habemos gente que te quiere y aprecia tu prescencia en estos lares.

Paco, el felino citadino

Pily dijo...

Bienvenida a la Ciudad del ruido y el smog.

Espero pongas más fotos aquí o en tu fotolog y nos cuentes más sobre la gastronomía y arquitectura de esos lugares maravillosos.

Besos y abrazos, águila errante. ;D