martes, noviembre 28, 2006

La Cancion de Cazarrabo, Tad Williams

Gatos, felinos, esos pequeños seres peludos de paso agil y altivo, de miradas inquietas y garras veloces. Eso y más es lo que retrata Tad Williams en La canción de Cazarrabo, el mundo a través de los ojos de los gatos. Un universo tan distinto del humano que, pese a ser fan de los felinos, en ocasiones me costaba captar los símiles. ¿Cómo ven los gatos a los humanos? ¿en qué forma se relacionan los unos con los otros? ¿cómo interpretan el mundo? Williams se pone en la piel de nuestros peludos amigos y muestra un mundo fascinante, con sus propias reglas y cosmogonía. Un mundo lleno de canciones, que no historias, maulladas en las noches de reunión sobre el muro exterior, en descampado o en el bosque. Un mundo donde la luna es el ojo de un gato primigenio, donde los seres humanos alguna vez fueron felinos y los perros y los gatos podían vivir en armonía. Al menos, eso dicen las canciones de La Asamblea, eso dicen los cantores de los clanes y los de la corte.

El mundo de Cazarrabo tiene sus propios peligros y misterios, peligros que parecen acrecentarse con las terribles desapariciones de jóvenes gatos por todas partes, incluyendo a su amada Pata Suave, por la cual hace un juramento que le obliga a enfrentarse a peligros inciertos y monstruosidades milenarias. Fritti Cazarrabo emprende un viaje que le alejará de su amada cueva de M'an y el muro de la asamblea, hacia el "Primer Hogar", atravesando bosques y praderas, ríos y casacadas, con el fin de llegar hasta la Corte de Harar, pidiendo ayuda para su clan. Desgraciadamente, en Harar ta solo reina la apatía, y la corte se ha vuelto cada vez mas dependiente e indolente, por lo que Fritti y los amigos que se le han unido en el camino, deberán buscar ayuda en otra parte y enfrentarse a un peligro que amenaza no sólo a los gatos de la Comarca, sino a todos los seres vivientes del planeta.

Apasionante, con un personaje principal adorable y leal que nos hace querer acompañarle a todas partes, Tad Williams crea un libro encantador, donde cada capítulo comienza con una referencia literaria a los gatos, y donde la cosmogonía felina y su muy particular lenguaje nos van atrapando poco a poco. No sólo recomendable para los amantes de los gatos, aunque éstos últimos seguro que lo disfrutamos más.

La Canción de Cazarrabo
Tad Williams
Ed. Timun Mas
376 pags.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No lo acabé, no me decía nada.
igual, alguna vez, lo retomo. lo dudo, porque hay millones de cosas que tengo que leer, y cada vez más y más, pero no lo descarto

Errantus dijo...

Bueno, Javi, yo soy amante de los gatos, y este libro se nota que fue escrito por alguien que tambien los conoce de cerca y tiene sus hábitos, "vocalizaciones" y movimientos, entre otras cosas, muy bien estudiados. Realmente identificaba las experiencias con lo que he observado en mis gatos a lo largo de más de 30 años.