Visitando las peichs de los amigos, me encuentro en el blog de Shera el video de Pinkfloyd Another brick in the wall; veo a los niños corriendo, abalanzándose unos sobre otros y la caricatura del dictadorcete de aula que representa al profesor, y repentinamente vienen a mi mente las decenas de notas en los diarios sobre la violencia en las aulas, sobre los alumnos que amenazan y agreden a sus compañeros y maestros por igual.
¡Hey profesor, deja a los chicos en paz, después de todo sólo eres otro ladrillo en la pared! Dejales en paz, no trates de someterlos a las reglas absurdas de la sociedad, déjales libres... ¿Tan libres como en El Señor de las Moscas? Es una buena pregunta. ¿Dónde queda el punto medio entre libertad y libertinaje, entre estructura y represión? En México se eliminó hace unos veintitantos años la enseñanza de civismo en el programa oficial, tiene poco que se ha reincorporado. Desgraciadamente en estos momentos en el país debemos lidiar con generaciones de salvajes que no entienden de civismo, respeto al prójimo y educación básica; bárbaros que han crecido criados por los excelsos valores de mami televisión como única guía, y que en muchos casos ya se están reproduciendo y transmitiendo esa falta de valores a las siguientes generaciones. Va a costar muuuuuuucho tiempo reparar ese daño, mientras tanto, estamos atrapados en esa pátina de civilización que no sirve para gran cosa, rodeados de violentos y tratando de salvar lo que nos queda, como en El señor de las moscas. Si, puede que sea una visión pesimista, será que hay veces que me siento como el pobre Piggy rodeado de energúmenos vociferantes sedientos de sangre.
Y, como puede que algun lector no haya leído la obra de William Golding, o por lo menos visto la peli, va un pequeño resumen.
El señor de las moscas nos muestra un microcosmos compuesto por chicos de colegio (masculino) y sus profesores que son transportados en un avión el cual resulta atacado y acaba estrellándose en una isla tropical; falleciendo los adultos, los chicos se enfrentan a la disyuntiva de sobrevivir como seres civilizados o salvajes. Las condiciones de la isla llevan pronto a los más pequeños a convertirse en poco mas que una panda de monos, que son aniquilados por un incendio accidentalmente provocado. Los mayores, de aproximadamente 12 años, se organizan en una democracia que rige una caracola encontrada en el mar, por medio de la cual se pide la palabra. Poco a poco, la pandilla se va dividiendo entre los cazadores violentos y los que tratan de conservar la civilización. Obviamente, la vida en la isla y la falta de estructura van permitiendo que los límites y ataduras propias de la vida civilizada se vayan rompiendo progresivamente hasta extremos descorazonadores.
¿Porqué el título del libro? ¿Qué tiene que ver con unos chicos que regresan a la barbarie dejados de la mano de dios? Pues bien, dentro de las múltiples encarnaciones del mal que se dan en la cultura judeocristiana, se denomina a una de ellas Baalcebub, el Señor de las moscas, o lo que es lo mismo, de la corrupción. Golding quizo mostrar con esta fábula terrible su visión del mundo moderno tras las guerras mundiales, mediante una reducción controlada, donde las naciones son los chicos, que dejados en el descontrol sucumben ante la violencia y los instintos más primitivos, demostrando que la civilización es una pátina muy delgada y frágil.
6 comentarios:
El Señor de las Moscas es un maravilloso libro entre muchas cosas porque lo narrado casi que estoy seguro de ocurriría de esa forma en una situación real similar.
Una vez que crecemos olvidamos lo cruel y malvado que puede ser un niño, algo que los grupos armados que los reclutan saben muy bien; no aceptan compasión ni perdón y son capaces de obedecer a un líder sin llegar a cuestionar lo más mínimo.
Ahora ¿lives the kids alone?, no se, por lo menos se les tiene que crear o educar una conciencia moral para que bajo su propia responsabilidad sean capaces de tomar decisiones, el problema es que la moralidad está llena de matices y grises y hay muchas "educaciones".
Menos mal que no estudie para educador.
Es curioso: por estos días los medios de comunicación argentinos están reflejando una notable crecimiento de la violencia escolar; incluso, han muerto dos estudiantes asesinados por sus propios compañeros.
Me ha parecido maravilloso el modo en que relacionaste la célebre canción de Pink Floyd con una obra maestra como "El Señor de las Moscas" y una realidad penosa.
Considero que se trata de un problema cultural, porque si bien los padres son los máximos responsables de la educación de sus hijos, éstos tampoco pueden abstraerse del medio en el que viven a diario.
En España hay una lucha política muy fuerte entre la Derecha - apoyada por la iglesia o sometida a ésta, aún no lo tengo muy claro - y el resto del mundo por la asignatura de "educación para la ciudadanía y los derechos humanos". Ayer mismo comentaba Gregorio Peces Barba una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que fallaba en contra de la no admisión por parte de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía de la objeción de conciencia ante esa asignatura.
Y lo que jode es que, precisamente, los que rechazan que los jóvenes reciban una educación ética y lo denominan "adoctrinamiento" - que a fin de cuentas, no es más que la constitución, las leyes y la declaración universal de los derechos del hombre, el respeto a la diferencia, la no discriminación... lo mínimo necesario para que se pueda dar una sociedad verdaderamente democrática - son los mismos que, durante cuarenta años han precisamente adoctrinado a generaciones de jóvenes en el odio y el fanatismo.
Digámoslo claro: ninguna religión, creencia u opción política que se base en dogmas puede ser jamás la base de un sistema ético autónomo.
Perdón por la desbarrada.
Todavía me tocaron clases de civismo en la secundaria, claro una embarradita de esto y otra de aquello.
Mis papás, tíos y mi hermano son maestros y una de sus observaciones (aparte de la calidad de los libros de texto, que van de mal en peor) es que los papás se desentienden por completo, quieren que sus criaturas ya salgan siendo unos eruditos, trilingües, educados y todas unas monadas, sin poner ellos de su parte. Creo que es un trabajo de 3: Tanto de papás como de maestros y alumnos.
Hoy en día no se les puede corregir ni castigar porque ya te están restregando los derechos humanos, cuando el angelito es un patán de primera.
La educación viene desde casa, los valores te los inculcan la familia, yo me pregunto por las familias de todos aquellos adolescentes que dispararon un arma en su escuela matando a maestros y comapeñros.
Ese libro me impresiono mucho.
Tengo en mi familia cinco profesores, que van desde inafntil a universidad. Y todos coinciden en lo mismo, en la permisividad de los padres y el creer que se educa SOLO en la escuela.
El Señor de las Moscas es un libro impactante.
Lo leí no recuerdo exactamente cuándo, pero tendría entre 12 y 14 años, y recuerdo que mis pensamientos y sentimientos iban desde la sorpresa: "No, esto no podría ser así, ¿cómo pueden ser tan malos?", hasta el reconocimiento y la culpa, identificando acciones que veía no sólo perfectamente posibles, si no equivalentes a situaciones reales de mi entorno, y lo peor de todo, de las que yo misma podría haber sido partícipe.
Así que para mí, este es un libro muy importante, que me hizo reflexionar, y mucho, sobre la naturaleza humana, no desde el punto de vista del adulto que trata el tema de forma racional y algo distante, si no desde la misma frontera del campo de batalla.
Un hito en mi vida que me llevó a cuestionarme muchas cosas. Un libro que debería leer todo el mundo, entre los 12 y los 14 años.
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