miércoles, abril 02, 2008

El cuervo, E.A. Poe

Titulado en inglés The Raven, un nombre sumamente elegante, por cierto, este poema aparece como una joya extraña de funebre perfección. Obviamente, para apreciarla hay que revisar la obra en su idioma original, gozando de la musicalidad de la misma, de su métrica, de la cuidadosa selección de las palabras y su siniestra y desesperanzadora armonía. Por fortuna para los hispanoparlantes, existen diferentes traducciones más o menos afortunadas del poema, e incluso compilaciones comparadas donde se ofrece el poema en su forma original y la comparativa de sus diferentes traducciones verso por verso. Lo digo porque he tenido la fortuna de tener en mis manos uno de esos ejemplares, aunque lo he devuelto a su dueño (lo malo de ser tan respetuosa con la propiedad ajena) y me temo que dificilmente encontraré el libro de nuevo. (Nota mental, pedir bibliografía y esperar que no haya desaparecido el libro de su biblioteca definitivamente).

Antes de entrar en materia, el susodicho libro en cuestión inicia con una excelente introducción, compuesta ni más ni menos que por el propio Poe: Método de composición del poema “El Cuervo”. Obviamente, se trata de un texto muy largo, que por suerte he encontrado transcrito en una peich en la red. Amo internet. :)

A continuación incluyo un fragmento:
...Comprendí que podía hacer formular la primera pregunta por el amante, a la que respondería el cuervo: nevermore; que de esta primera pregunta podía hacer una especie de lugar común, de la segunda algo menos común, de la tercera algo menos común todavía, y así sucesivamente, hasta que por último el amante, arrancado de su indolencia por la índole melancólica de la palabra, su frecuente repetición y la fama siniestra del pájaro, se encontrase presa de una agitación supersticiosa y lanzase locamente preguntas del todo diversas, pero apasionadamente interesantes para su corazón: unas preguntas donde se diesen a medias la superstición y la singular desesperación que halla un placer en su propia tortura, no sólo por creer el amante en la índole profética o diabólica del ave (que, según le demuestra la razón, no hace más que repetir algo aprendido mecánicamente), sino por experimentar un placer inusitado al formularlas de aquel modo, recibiendo en el nevermore siempre esperado una herida reincidente, tanto más deliciosa por insoportable.
Viendo semejante facilidad que se me ofrecía o, mejor dicho, que se me imponía en el transcurso de mi trabajo, decidí primero la pregunta final, la pregunta definitiva, para la que el nevermore sería la última respuesta, a su vez: la más desesperada, llena de dolor y de horror que concebirse pueda.


Ahora, pego otra traducción del mismo verso, mostrando las diferencias que estas imprimen al texto, pues si bien la fuente original es la misma, la forma ha variado al pasar a nuestro idioma.

>> Profeta -dije-, ser maligno,
pájaro o demonio, siempre profeta,
por ese cielo que se cierne sobre nosotros,
por ese dios que ambos adoramos,
dile a esta pobre alma cargada
de angustia, si en el lejano Edén
podré abrazar a una joven santificada
a quien los ángeles llaman Leonor,
abrazar a una preciosa y radiante
doncella a quien los ángeles llaman Leonor <<.
El cuervo dijo: >> Nunca más <<.


Y una más:

"¡Oh, Profeta-dije-o diablo! Por ese ancho, combo velo
De zafir que nos cobija, por el sumo Dios del cielo
A quien ambos adoramos, dile a esta alma dolorida,
Presa infausta del pesar,
Si jamás en otra vida la doncella arrobadora
A mi seno he de estrechar,
La alma virgen a quien llaman los arcángeles Leonora...".
Dijo el cuervo: "¡Nunca más!".

El original:

`Prophet!' said I, `thing of evil! - prophet still, if bird or devil!
By that Heaven that bends above us - by that God we both adore -
Tell this soul with sorrow laden if, within the distant Aidenn,
It shall clasp a sainted maiden whom the angels named Lenore -
Clasp a rare and radiant maiden, whom the angels named Lenore?'
Quoth the raven, `Nevermore.'


Ah.... sutiles diferencias. No en vano existe ese viejo dicho latino: Traduttore tradittore. Y es que, por más fiel que se trate de ser al original, la traducción siempre acaba dejando algo fuera.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog, dicho esto dejame decirte que estoy de acuerdo las traducciones dejan algo fuera, pero que seria de mi sin traducciones!

Errantus dijo...

Hola yeicoatl, qué bueno que te guste lo que escribo. Yo también dependo de las traducciones para muchas cosas, indudable, lo que pasa es que yo trabajé en ese mundo y tengo muy cercano contacto con el mismo, y por experiencia sé que por muy buena voluntad que se tenga, jamás se puede reproducir la intención dl original, pues las palabras de un idioma y de otro no significan exactamente lo mismo, y las estructuras mentales del hablante son diferentes. Pero sin traducciones, estaríamos más perdidos aún en esta torre de babel.

Anónimo dijo...

Traducir fielmente El Cuervo al español es muy difícil, porque explota el ritmo de las sílabas cerradas del inglés y, en cambio, el español tiende a las sílabas abiertas.