México, D.F., Ciudad de los Palacios, la ex Región más transparente del aire. Caótica y apocalíptica ciudad con dcenas de millones de habitantes y los innumerables problemas que eso conlleva. De unos días a la fecha, la ciudad ha visto drásticamente modificada su otrora ajetreada vida. Este fin de semana las calles lucieron vacías, los centros comerciales desiertos y la ciudad en general silenciosa. Los espectáculos masivos fueron cancelados, los cines y teatros cerrados, y el anuncio de que las clases desde nivel preescolar hasta universitario suspendidas por una semana no han hecho sino acrecentar el clima de nerviosismo. Y es que el jueves a las 23 horas se anunció que se suspendían las clases por alerta de epidemia, cosa jamás ocurrida en esta ciudad hasta donde yo tengo conocimiento. Posteriormente, las noticias sobre decesos debido a una cepa mutada de influenza porcina fueron confirmadas. Conforme pasaban las horas y los días, las conferencias de prensa y las noticias diversas comenzaron a alarmar a la población. Decenas de muertos en diversos puntos del país, cientos de contagiados y miles de alarmados que corrieron a los centros de salud que operaron en días que normalmente no lo hacen. Vacunas no hay, sino retrovirales que serán inyectados sólo a aquellos que padezcan la enfermedad, que tampoco estan las cosas para desperdiciar la pólvora en infiernitos. Y la histeria de la gente crece mientras los noticieros aprovechan para vender sus productos como pan caliente.Las noticias internacionales tampoco son alentadoras, en USA se ha detectado el mismo problema y hay varias muertes confirmadas. En otros países del mundo también ha habido brotes y las especulaciones de gente poco informada hace que el miedo se acrecente. Por lo pronto, en este país no todos los estados están en alerta, ya que la epidemia se ha focalizado en la Ciudad de México y su área metropolitana, así como en algunas ciudades del norte del país.
¿Se ha implementado algún tipo de medida sanitaria? Pues si, varias. Hay diversas recomendaciones de higiene para evitar contagios, ya que el virus se transmite de persona a persona, que no por alimentos con carne de cerdo. Los tapabocas se han distribuído y comprado con prodigalidad aunque estos sean poco efectivos contra los virus, supongo que para tranquilizar a la población y evitar que se entre en pánico. De hec
ho, es de lo más curioso ver a gente con tapabocas en las azoteas de los edificios mientras hacen la colada. ¿Supondrán que alguien se aparecerá a sus espaldas, les tocará el hombro y cuando volteen les estornudará en plena cara? Argumento muy de The Twilight Zone y Relatos desde la Cripta.Ante el clima tan apocalíptico que se respira, no puedo evitar recordar obras como El Decamerón, de Boccaccio; La máscara de la muerte roja, de Poe; Soy leyenda, de Richard Matheson; Resident Evil; Exterminio; 28 días; Epidemia; The Dawn of the Dead, etc. Y es que los seres humanos nos pintamos solos para imaginar visiones apocalípticas realmente angustiantes y desoladoras que en realidad hablan de una angustia existencial más primigenia. ¿El miedo a quedarse solo? ¿Al caos? ¿A la indefensión? A fin de cuentas, las situaciones de tensión siempre han sido un aliciente poderoso para las mentes creadoras, así que espero ver muchas obras surgidas a partir de esta situación de alarma que seguramente inspirará a algunos escritores.
Por lo pronto, la vida continúa su curso, más silenciosa y tranquila, pero aún así fluyendo, ya que ninguna epidemia puede paralizar la necesidad de la gente de ganarse la vida. ¿Y nosotros? Nosotros estamos tranquilos, con un bebé en casa la vida ya se había ralentizado y las visitas no han sido demasiadas.
