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Las noticias internacionales tampoco son alentadoras, en USA se ha detectado el mismo problema y hay varias muertes confirmadas. En otros países del mundo también ha habido brotes y las especulaciones de gente poco informada hace que el miedo se acrecente. Por lo pronto, en este país no todos los estados están en alerta, ya que la epidemia se ha focalizado en la Ciudad de México y su área metropolitana, así como en algunas ciudades del norte del país.
¿Se ha implementado algún tipo de medida sanitaria? Pues si, varias. Hay diversas recomendaciones de higiene para evitar contagios, ya que el virus se transmite de persona a persona, que no por alimentos con carne de cerdo. Los tapabocas se han distribuído y comprado con prodigalidad aunque estos sean poco efectivos contra los virus, supongo que para tranquilizar a la población y evitar que se entre en pánico. De hec
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Ante el clima tan apocalíptico que se respira, no puedo evitar recordar obras como El Decamerón, de Boccaccio; La máscara de la muerte roja, de Poe; Soy leyenda, de Richard Matheson; Resident Evil; Exterminio; 28 días; Epidemia; The Dawn of the Dead, etc. Y es que los seres humanos nos pintamos solos para imaginar visiones apocalípticas realmente angustiantes y desoladoras que en realidad hablan de una angustia existencial más primigenia. ¿El miedo a quedarse solo? ¿Al caos? ¿A la indefensión? A fin de cuentas, las situaciones de tensión siempre han sido un aliciente poderoso para las mentes creadoras, así que espero ver muchas obras surgidas a partir de esta situación de alarma que seguramente inspirará a algunos escritores.
Por lo pronto, la vida continúa su curso, más silenciosa y tranquila, pero aún así fluyendo, ya que ninguna epidemia puede paralizar la necesidad de la gente de ganarse la vida. ¿Y nosotros? Nosotros estamos tranquilos, con un bebé en casa la vida ya se había ralentizado y las visitas no han sido demasiadas.