Hay días que la nostalgia puede demasiado con una. Hoy es uno de esos días.
Un gran tornado arrebató la casa naranja y me dejó varada en un lugar extraño. Sólo que no hay zapatillas naranjas ni canción alegre que me diga qué camino seguir. Hay miles de caminos, miles de lugares por visitar; algunos son realmente acogedores pero, en el fondo de mi mente, hay una y otra vez una plañidera vocecita que me repite como mantra No hay lugar como el hogar. Y Dorothy quiere irse a casa; porque habrá hermosos palacios de esmeralda, inmensos campos de girasoles, lagunas infinitas y ciudades sumergidas, pero hogar sólo hay uno, que es donde se deja el corazón.
In memoriam, a un mes del cierre.
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