Inicia un nuevo año y casi terminan los famosos maratones Guadalupe-Reyes y Guadalupe-Candelaria, que inician el 12 de Diciembre (Día de la Virgen de Guadalupe) y terminan el 6 de Enero (Día de Reyes) y el 2 de Febrero (Día de la Candelaria) respectivamente. El primer maratón, como se le conoce, se refiere a las bebidas alcohólicas, que hay quienes no perdonan el embriagarse con singular gusto y alegría durante todas estas fechas festivas; empezando con el día de la virgen y continuando con las preposadas, posadas, cena de navidad, postposadas, fin de año, etc hasta el día de reyes. ¡Vaya aguante! Por su parte, el maratón Guadalupe-Candelaria se reconoce como alimenticio, y dura hasta el 2 de Febrero, Día de la Candelaria, que es cuando se comen tamales para el desayuno, mismos que pagan los pringados que se encontraron los muñequitos de la rosca de reyes. Y, bueno, si hay muchas celebraciones de rosca, es probable ue uno acabe desayunando, comiendo y cenando tamales por lo menos unos tres días mas. ¡Menuda tragazón!
Y todas estas celebraciones van dejando en casa montones de cajitas, botellas, frascos abiertos que tan solo contienen uno o dos gramos de producto, y cientos de cosas inutiles. Y llega el momento de comenzar la limpieza, que la entropía amenaza con apoderarse de la casa a la primera que nos descuidemos. Así que comienza la limpieza de armarios, revisar todo aquello que está acumulado, y probarse prendas para ver qué requiere arreglo, que ha pasado de moda, aquello que ya no nos ponemos ni por error... Y cuesta trabajo desprenderse de las cosas, pero con la promesa de renovar vestuario, cualquiera accede (o casi). Claro está que hay ropa que va a quedar un poco mas ajustada, despues de tanto comer el aumento de talla resulta inevitable. Pero bueno, no es lo mismo subir una talla que tres, así que tambien hay que ser realista.
Despues de la limpieza de armario, los productos de belleza, que aunque no se crea tienen fecha de caducidad. ¿Cuántos potingues no hay guardados que nunca nos hemos puesto y han pasado? Ese guardar para una ocasión especial, rara vez se cumple. No olvidar los medicamentos, que cuando se requiere uno puede que se tenga a mano uno caducado, que podría hacer justo el efecto contrario. Además, ¿para qué guardar tanta basura?
Y bueno, así se sigue toda la casa, o al menos eso es lo deseable. Que las cosas deberían entrar sólo en tres categorías: Lo uso, lo amo, me es indiferente. Y conservar tan sólo lo que entre en las dos primeras categorías. Pero claro, eso lo dice una que ha pasado por tanta movilidad que prefiere cargar con lo mínimo, y que ha aprendido a no aferrarse a las cosas, salvo unos cuntos objetos que siguen siendo imprescindibles: Mis libros. My preciousssssssss, my treassssssssure.
3 comentarios:
Ufs no quiero pensar en el tema limpieza,argggg....Qué aun queda el Roscón de Reyes...
Mis mejores deseos para ti en este año,muackkkkkk
Yo soy casi incapaz de deshacerme de nada. Es un horror... Y del maquillaje menos, porque no lo uso, pero tirarlo es un crimen (aunque ya esté caducado y pueda pillar una conjuntivitis por pseudomonas). Es que soy una inconsciente :D
esto me recuerda a una canción que decia:
Limpiar, limpiar, limpiar sin parar..
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