lunes, enero 07, 2008

El placer de las cosas sencillas

Tras la vorágine de fiestas, sobre-estímulos decembrinos, aprendizaje intensivo en mi nuevo curro, un mar de rostros nuevos, etc. Llega un momento en que hace falta desconectar un poco, cambiar de ritmo y de programación. Y ante la imposibilidad de salir de fin de semana, además que el retorno coincidiría con todos los vacacionistas que retornan saturando las autopistas, lo más recomendable es quedarse en la ciudad y aprovechar todas las ofertas culturales, deportivas, sociales y anexos.

Sin embargo hay veces que uno no tiene ganas de disfrutar de las grandes maravillas y ventajas que ofrece una capital cosmopolita, sino dedicarse a los placeres sencillos de la vida. Salir a caminar sin rumbo fijo, sin horarios, sin prisas. Una charla distendida con la pareja mientras descubrimos las viejas calles de la Colonia Roma, compartiendo información, descubriéndonos tiendas el uno al otro. Ver el ritmo de la vida en esas calles semivacías, comprar una botella de agua en una tienda vieja, espiar a unos gatos que juegan en un terreno baldío... Y regresar a casa a cocinar un platillo nuevo, compartir la preparación del mismo. Y discutir sobre la posibilidad de comprar otros ingrdientes nunca usados, atreverse a preparar un guiso nuevo. A veces, cosas tan sencillas como estas son las ideales para arrancar el año tras el caos del cierre de ciclo. Una forma plcentera de arrancar este 2008 y poder decir con una sonrisa en los labios: Feliz Año Nuevo.

4 comentarios:

Shera dijo...

Estamos rodeados de cosas que merecen la pena, peor al no prestar atención nos las perdemos.
Yo estoy intentando ir con más calma y apreciar lo bueno que me rodea... pero no siempre lo consigo.
Bss

Ál dijo...

No hay nada mejor que caminar por las calles de cualquier ciudad sólo siguiendo tu intuición, yo así lo he hecho en varias que he tenido oportunidad de conocer y es de esos grandes placeres de la vida

Shera dijo...

Yo he conocido rincones con encanto de Madrid cuando me he perdido...
La pena, que muchas veces apreciamos las cosas cuando las perdemos... o sabemos que no volveremos a pasar por ese lugar.
Bss

Pily dijo...

Lo más hermoso está en las cosas sencillas.

Muchas veces nos pasan por nuestras narices y sin darnos cuenta.

Feliz año 2008 para tí. :D