Esta semana me tocó quedarme en cama por causas de fuerza mayor, así que hice uso de la TV buscando algo que me distrajera tras 4 días de encierro. Hasta eso, hay algunas cosas buenas en la TV abierta, y en un programa sobre cultura hablaron de los Bunkos, un concepto que me gustó bastante.Un bunko es una biblioteca privada abierta al público, concepto surgido en Japón y exportado al resto del mundo. Si, suena un poco contradictorio lo de privado pero público, por lo que procedo a dar más detalles. Resulta que hace tiempo una mujer perdió a su hijo, un lector de cuidado, quedando con la biblioteca de su pequeño, una colección de más de 100 libros infantiles. LA mujer pudo hacer una donación, regalarlos a diferentes personas, tirarlos, etc, pero decidió compartir el legado de su hijo y abrir a otros niños la posibilidad de viajar a través de la lectura y de alguna manera mantener viva la pasión de su hijo.
Pues bien, los bunkos se extendieron poco a poco, como pequeños clubes de lectura donde la gente se organizaba para crear bibliotecas para la comunidad, tanto en remotas aldeas como en las ciudades más importantes del país, y con tan buenos resultados que el concepto se ha ido exportando. Actualmente en México se está llevando un proyecto para mantener los bunkos, como una excelente opción para que los niños cultiven la afición a la lectura, convivan y desarrollen habilidades cognocitivas y sociales.
¿Qué se requiere para crear un bunko? Básicamente mucha voluntad, un acervo base de unos 200 libros infantiles y ganas de organizarse y mejorar la comunidad. ¿Alguien se anima?

