sábado, octubre 27, 2007

No busques a Sor Juana en el Claustro

Como Errantus es una personita un poco inquieta, entre otras cosas que hace se dedica a ilustrar, y hace algunas semanas tuvo en manos un trabajo que requería una ilustración de La Décima Musa para un proyecto del cual espero poder hablar pronto con todo detalle. Como sea, la cosa es que requería una imagen muy específica y lo que hay en internet definitivamente no me servía, así que me puse a indagar sobre libros que trajesen imágenes de Sor Juana, pero me salía más caro el remedio que el trapito. Así que seguí el sabio consejo de mi adorada media toronja y me dirigí a la afamadísima Universidad del Claustro de Sor Juana, ubicada en la Avenida Isabel la Católica, en Pleno Centro Histérico de la Ciudad de México un viernes por la mañana.

Para quien no lo sepa, ir al Centro Histérico de la Ciudad es una odisea que requiere armarse de tiempo y paciencia, porque se trata de una zona que siempre está (o estaba, que con la eliminación de ambulantes en el perímetro A del mismo ya no sé cómo ande la cosa) hasta las orejas. Si ya lo decía Chava Flores en su Sábado Distrito Federal: un hormiguero no tiene tanto animal...

En fin, que me dirigí hacia el Claustro de Sor Juana sin saber muy bien cómo demonios llegar, por lo que decidí bajarme en el metro Isabel la Católica, con tan buena suerte que el lugar se hallaba a una calle de ahí. Desgraciadamente, la señalización de la entrada no era muy evidente, pues parecía más la zona de estacionamiento, así que me dí la vuelta completa a la manzana, que corresponde por completo al Claustro. Por el frente el lugar es bastante bonito, pero por detrás se halla la antigua entrada al convento, completamente clausurada con rejas metálicas bastante fuertes para prevenir la entrada de los vándalos, ya que de ese lado hay un patio grande con una estatua muy deteriorada de Sor Juana y una serie de vecindades lúgubres que no se ven de lo más recomendable. Y es que, como pasa en muchas grandes ciudades, el Centro es un espacio abandonado en cuanto a servicios de habitación, siendo usado por los más miserables y como lugar de comercio.

Total, que me encaminé de nuevo hacia el estacionamiento, que resultó ser a la vez la entrada principal, sitio desde el cual se apreciaba una hermosa cafetería y un patio muy bien cuidado, así como la fachada de los salones donde se imparten diplomados, cursos, talleres y demás de humanidades y arte. Cuál no sería mi sorpresa al preguntar a los vigilantes por la tienda del Claustro al enterarme que ésta ya no existe, siendo que dicha Universidad tiene incluso sus propias publicaciones. Así que ahí estaba yo, en la puerta del Claustro de Sor Juana, viendo los estandartes y gallardetes, los posters colocados por todo el recinto con imágenes bastante modernistas trabajadas sobre los retratos clásicos de la célebre escritora y sin poder conseguir una mísera monografía. ¡Lo que hay que vivir!

Los vigilantes me dijeron que probase a buscar en la calle de Mesones, donde supuestamente venden posters y demás, y de donde salí con las manos vacías, por lo que decidí hacer un último intento en República del Salvador, calle donde se localizan las principales casas papeleras, paraíso de los diseñadores. Por desgracia, no contaba yo que el plan de remosamiento y rescate del Centro ya había alcanzado la zona, así que me hallé en una calle convertida en zona de guerra, sin asfalto ni banquetas, con terrones, pedazos de piedra, basura y lodazales para transitar, máquinaria pesada trabajando en el medio de la calle y amenazando con tirarle a uno encima una tonelada de escombros al menos descuido y una jauría de obreros para completar el cuadro. ¿Y las casas papeleras? La gran mayoría cerradas. Tras preguntar en algunas de ellas me recomendaron una que se hallaba al otro extremo de la calle, así que ahí fuí yo a atravesar la misma sorteando obstáculos y aprovechando para preguntar en los locales que aún sobrevivían a la zona de desastre. Pero nada. Más me habría valido rodear por una calle aledaña.

Como sea, llegué al susodicho lugar, llamado La Educadora, donde afortunadamente sí tenían la monografía de Sor Juana, desde tamaño tarjeta de presentación hasta pliegos de 60 x 90 cms. Así que por una cantidad sumamente pequeña conseguí mi preciosa imagen de Sor Juana, ahora sólo quedaba caminar de nuevo para salir por fin de tan atiborrado lugar.

Cuatro horas después de haber salido de casita, estaba yo de vuelta para escanear la imagen y ponerme a trabajarla. Y aunque tuvo un final feliz la aventura, no deja de parecerme una incongruencia la inexistencia de material para la venta en el famoso Claustro. Es como, no sé, ir a Stonehedge y que no haya un méndigo recuerdito para llevarse a casa y tener que acabar comprándolo en el Lago Ness. No, si lo que no me pase a mí....

5 comentarios:

sagne dijo...

Hola, somos un pequeño café - galeria en la ciudad de México, llevamos más de un año ofreciendo muestras fotográficas, exposiciones de pintura, conciertos, talleres, y hasta un poco de teatro (tenemos poquito espacio -40 personas-). Nos gustaría que visitaran nuestra página y nos ayudaran con la oferta cultural, los eventos que ofrecemos no tienen costo de admisión.

http://cafelatregua.blogspot.com/

Ál dijo...

Bueno en stonehenge no pude comprar recuerditos porque la tienda la cierran antes de que el lugar cierre, asi que cuando sales, ya no hay quien venda o_0

Errantus dijo...

Pues si, we, pero también te pones a hacer las cosas en horario de México. Antes di que eentraste al lugar y no acabaste pernoctando entre esas piedras. :P

Karina Llergo dijo...

Es bien sabido que al centro se va en metro...
y bueno, a ver esa ilustración.
O es que no la piensas mostrar?

Anónimo dijo...

Vaya, has reavivado mi interés en este personaje tan interesante, con quien mi biblioteca tiene una deuda desde hace tiempo...

... es que no tienes piedad con mi pobre nómina snif