Tomado de neverbot
El café. Parte central de mi vida, compañero en las buenas y las malas, siempre presente en los momentos de reflexión. ¿Qué puede haber más satisfactorio que dejar naufragar los pensamientos en una deliciosa y aromática taza de café?
martes, noviembre 27, 2007
jueves, noviembre 22, 2007
Malos Hábitos
Uno deja de comer cuando está muy lleno, o muy vacío. Así reza el slogan de ésta película que gira en torno a los desórdenes alimenticios y que en México ha provocado reacciones muy encontradas. Malos Hábitos es la opera prima de Simon Bross, un exitoso publicista, que un día decidió que tenía ganas de hacer cine, y aprovechó como punto de partida una noticia aparecida en ese momento en los diarios: Una prestigiosa universidad privada tenía problemas debido a que las tuberías de los baños habían sido carcomidas por el ácido del vómito de cientos de estudiantes que después de alimentarse corrían a los sanitarios para mantener la línea.
Con semejante premisa de inicio, Simon Bross se dedicó a investigar acerca de los desórdenes alimenticios, apoyándose en una clínica privada para tener contacto directo con enfermas de bulimia, anorexia y vigorexia. El resultado de su trabajo ha sido una película muy bien fundamentada donde se refleja el drama de quienes viven con estos diferentes padecimientos.
La película gira en torno a una familia de clase media compuesta por un arquitecto entrado en carnes, una esposa vigoréxica y anoréxica y una niña comedora compulsiva. Elena, la madre, vuelca todos sus anhelos y frustraciones sobre la pequeña Linda, quien sólo encuentra un cierto alivio y mucha culpa ingiriendo todo lo que encuentra a su paso. Por su parte, su marido Gustavo tiene serios problemas en una universidad que construyó, y que tiene inundaciones severas, por lo que amenazan con quitarle el proyecto de construir otro campus si no soluciona el problema, a eso agregar la frialdad que encuentra en su hogar, donde Elena quiere someter a todos a su estricto régimen alimenticio y su obsesión con la caminadora. Gustavo refugia sus frustraciones en la compañía de una chica que conoce en la universidad, una persona que disfruta de los placeres culinarios y de la carne, a diferencia de su esposa, lo que le provoca un sentimiento inmenso de culpa.
Por otra parte, tenemos a Matilde, una joven monja que ve en televisión las catástrofes provocadas por las terribles lluvias e inundaciones que se viven en otras partes del mundo, mientras que donde ella vive no para de llover tampoco. Matilde se convence de que se avecina un segundo diluvio, y como penitencia para tratar de evitarlo deja de comer. Para colmo de males, las monjas del convento empiezan a preparar alimentos deliciosos para poner a la venta con el fin de generar ingresos para restaurar su hogar, lo que añade tentaciones y sufrimientos a Matilde.
Mientras vemos el drama de Matilde, Elena arrastra a la pobre Linda de consulta en consulta, tratando de conseguir que baje de peso para su primera comunión, sin importarle meterla lo mismo en sitios de acupuntura, centros de control de peso, médicos charlatanes, etc. Es tal su obsesión que le importa poco la vida de su hija ya que, como ella misma se encarga de decirle, “a los gordos nadie los quiere”. Obviamente, éstas frágiles estructuras pueden colapsar de un momento a otro, y el trágico desenlace no se hace esperar. Entre momentos de comedia y tragedia se desarrolla ésta película que puede llevar a la reflexión, no sólo sobre la crisis de la familia o las obsesiones místicas, sino también sobre los extremos a los que llegamos por alcanzar un estúpido ideal estético.
Cabe aclarar que los raptos místicos y la obsesión de la monja van más allá de una crítica a la religión como me sugirió alguien no muy puesto en el tema de la anorexia. De hecho, lo que nos muestra Matilde es una histeria anoréxica o anorexia histérica, donde se recurre al control del propio organismo al no poder ser capaz de controlar los aspectos que nos provocan angustia extrema. Vaya si lo sabré yo.
¿Algo más? Ah, si, la lluvia como metáfora de la culpa; una culpa presente en todos y cada uno de los personajes, una culpa que nos lleva a comer sin parar o a dejar de comer por completo, una culpa que lleva a ejercitarse hasta la extenuación; a fin de cuentas una culpa que lleva a comportamientos extremos cuando no se sabe lidiar con ella.
Si es que la llegan a exhibir cerca de vuestros hogares dadle una oportunidad, es una película hecha a conciencia con el objetivo de poner el dedo en la llaga sobre un mal de nuestro tiempo.
Con semejante premisa de inicio, Simon Bross se dedicó a investigar acerca de los desórdenes alimenticios, apoyándose en una clínica privada para tener contacto directo con enfermas de bulimia, anorexia y vigorexia. El resultado de su trabajo ha sido una película muy bien fundamentada donde se refleja el drama de quienes viven con estos diferentes padecimientos.
La película gira en torno a una familia de clase media compuesta por un arquitecto entrado en carnes, una esposa vigoréxica y anoréxica y una niña comedora compulsiva. Elena, la madre, vuelca todos sus anhelos y frustraciones sobre la pequeña Linda, quien sólo encuentra un cierto alivio y mucha culpa ingiriendo todo lo que encuentra a su paso. Por su parte, su marido Gustavo tiene serios problemas en una universidad que construyó, y que tiene inundaciones severas, por lo que amenazan con quitarle el proyecto de construir otro campus si no soluciona el problema, a eso agregar la frialdad que encuentra en su hogar, donde Elena quiere someter a todos a su estricto régimen alimenticio y su obsesión con la caminadora. Gustavo refugia sus frustraciones en la compañía de una chica que conoce en la universidad, una persona que disfruta de los placeres culinarios y de la carne, a diferencia de su esposa, lo que le provoca un sentimiento inmenso de culpa.
Por otra parte, tenemos a Matilde, una joven monja que ve en televisión las catástrofes provocadas por las terribles lluvias e inundaciones que se viven en otras partes del mundo, mientras que donde ella vive no para de llover tampoco. Matilde se convence de que se avecina un segundo diluvio, y como penitencia para tratar de evitarlo deja de comer. Para colmo de males, las monjas del convento empiezan a preparar alimentos deliciosos para poner a la venta con el fin de generar ingresos para restaurar su hogar, lo que añade tentaciones y sufrimientos a Matilde.
Mientras vemos el drama de Matilde, Elena arrastra a la pobre Linda de consulta en consulta, tratando de conseguir que baje de peso para su primera comunión, sin importarle meterla lo mismo en sitios de acupuntura, centros de control de peso, médicos charlatanes, etc. Es tal su obsesión que le importa poco la vida de su hija ya que, como ella misma se encarga de decirle, “a los gordos nadie los quiere”. Obviamente, éstas frágiles estructuras pueden colapsar de un momento a otro, y el trágico desenlace no se hace esperar. Entre momentos de comedia y tragedia se desarrolla ésta película que puede llevar a la reflexión, no sólo sobre la crisis de la familia o las obsesiones místicas, sino también sobre los extremos a los que llegamos por alcanzar un estúpido ideal estético.
Cabe aclarar que los raptos místicos y la obsesión de la monja van más allá de una crítica a la religión como me sugirió alguien no muy puesto en el tema de la anorexia. De hecho, lo que nos muestra Matilde es una histeria anoréxica o anorexia histérica, donde se recurre al control del propio organismo al no poder ser capaz de controlar los aspectos que nos provocan angustia extrema. Vaya si lo sabré yo.
¿Algo más? Ah, si, la lluvia como metáfora de la culpa; una culpa presente en todos y cada uno de los personajes, una culpa que nos lleva a comer sin parar o a dejar de comer por completo, una culpa que lleva a ejercitarse hasta la extenuación; a fin de cuentas una culpa que lleva a comportamientos extremos cuando no se sabe lidiar con ella.
Si es que la llegan a exhibir cerca de vuestros hogares dadle una oportunidad, es una película hecha a conciencia con el objetivo de poner el dedo en la llaga sobre un mal de nuestro tiempo.
martes, noviembre 20, 2007
Hannibal, el origen del mal
A estas alturas, ¿quién no conoce a Hannibal Lecter? Personaje de pesadilla, antihéroe canibal que no se tienta el corazón para aplicar su particular estilo de justicia. A fin de cuentas un hombre delicado y bien educado no puede soportar la ordinariez, hay que poner el ejemplo. Claro que los métodos del caballero son un poco sui generis, ¿no? Y a muchos nos corroe la duda, ¿cómo llego a crearse semejante monstruo sanguinario? ¿Qué pudo llevar a tan sensible alma a transformarse en un psicópata asesino? Pues bien, ha salido la precuela que nos aclara muchas dudas, si bien no todas, una peli con el precioso nombre de Hannibal, the rising, traducida en México como Hannibal, el origen del mal.
En la peli vemos los estragos de la guerra sobre la acaudalada familia Lecter, propietarios de un castillo en Litunia, mismo que se ven forzados a abandonar ante la avanzada nazi. Los Lecter forman un nucleo amoroso y protegen a los pequeños Hannibal y Misha, un avispado chiquillo de 10 años aproximadamente y su hermanita de unos 3. Desgraciadamente los padres fallecen víctimas de la guerra ante los ojos de sus pequeños, quienes comienzan un calvario al caer en manos de desalmados criminales que terminan por devorar a la pequeña Misha. Obviamente estos y otros horrores de guerra dejan un severo trauma en el pequeño, quien acaba sobreviviendo en un internado soviético para huérfanos.
Al cumplir la mayoría de edad, Hannibal emprende un viaje a Francia a buscar a sus únicos parientes y es rescatado por las manos amorosas de una tía que le devuelve la confianza y le enseña lo exquisito de las artes y la vida oriental. Desgraciadamente el joven sigue sufriendo el trauma de la muerte de su amada Misha, y un incidente de violencia desata su instinto homicida. Hannibal se convierte en un asesino a sangre fría que viaja de vuelta a Lituania a recuperar la pista de los asesinos de Misha, con lo que comienza una despiadada cacería.
Uno no puede dejar de estremecerse ante la monstruosidad de los protagonistas, producto de una era sanguinaria que hizo un filtro eliminando a los débiles, y sentir una cierta empatía por este antihéroe, espíritu vengador que fue creado por aquellos que anhela destruir. Quizás lo más terrible de todo es que lo que lleva al joven Lecter a convertirse en un monstruo es un sentimiento considerado sagrado: el amor. Salpicada de mucho humor negro, que corre al parejo que la violencia y la sangre, Hannibal, the rissing es una excelente precuela que sigue la línea de violencia y sutileza de sus predecesoras. Una película para estómagos fuertes, por la agresividad de las imágenes que abofetean al espectador desde las primeras escenas.
¿Acaso no es encantadora la carita inocente de nuestro amado Hannibal mientras sostiene un dogal en la mano? =n_n=
En la peli vemos los estragos de la guerra sobre la acaudalada familia Lecter, propietarios de un castillo en Litunia, mismo que se ven forzados a abandonar ante la avanzada nazi. Los Lecter forman un nucleo amoroso y protegen a los pequeños Hannibal y Misha, un avispado chiquillo de 10 años aproximadamente y su hermanita de unos 3. Desgraciadamente los padres fallecen víctimas de la guerra ante los ojos de sus pequeños, quienes comienzan un calvario al caer en manos de desalmados criminales que terminan por devorar a la pequeña Misha. Obviamente estos y otros horrores de guerra dejan un severo trauma en el pequeño, quien acaba sobreviviendo en un internado soviético para huérfanos.
Al cumplir la mayoría de edad, Hannibal emprende un viaje a Francia a buscar a sus únicos parientes y es rescatado por las manos amorosas de una tía que le devuelve la confianza y le enseña lo exquisito de las artes y la vida oriental. Desgraciadamente el joven sigue sufriendo el trauma de la muerte de su amada Misha, y un incidente de violencia desata su instinto homicida. Hannibal se convierte en un asesino a sangre fría que viaja de vuelta a Lituania a recuperar la pista de los asesinos de Misha, con lo que comienza una despiadada cacería.
Uno no puede dejar de estremecerse ante la monstruosidad de los protagonistas, producto de una era sanguinaria que hizo un filtro eliminando a los débiles, y sentir una cierta empatía por este antihéroe, espíritu vengador que fue creado por aquellos que anhela destruir. Quizás lo más terrible de todo es que lo que lleva al joven Lecter a convertirse en un monstruo es un sentimiento considerado sagrado: el amor. Salpicada de mucho humor negro, que corre al parejo que la violencia y la sangre, Hannibal, the rissing es una excelente precuela que sigue la línea de violencia y sutileza de sus predecesoras. Una película para estómagos fuertes, por la agresividad de las imágenes que abofetean al espectador desde las primeras escenas.
¿Acaso no es encantadora la carita inocente de nuestro amado Hannibal mientras sostiene un dogal en la mano? =n_n=
domingo, noviembre 11, 2007
Recuerdos que hacen sonreir, La Parodia Nacional
Es de noche, hace frío y estoy cansada. Lo más sencillo sería deprimirse y quedarse en cama hasta que el sol se digne calentar este hemisferio, pero no. No es bueno dejarse llevar por la depre, especialmente cuando no tiene una razón de ser, así que me puse a navegar por youtube y busqué un programa que siempre me ha levantado el ánimo. Lástima que haya tan pocos videos en la red, pero al menos hay uno que me encanta y hace reir: El Peñón de Gibraltar en La Parodia Nacional.
Qué recuerdos, qué risas, qué despreocupada estaba en aquellas fechas. Y cómo me gustaban Tony las Vegas, Moncho Malboro, Curro Candela, Vanessa Puñales, Estrellita la Moderna y demás; y la inigualable voz de Constantino Romero. En México sacaron años después la cutreversión, pero creo que duró pocos meses, no supieron sacar provecho al concepto y el presentador no tenía el carisma de Constantino.
Qué recuerdos, qué risas, qué despreocupada estaba en aquellas fechas. Y cómo me gustaban Tony las Vegas, Moncho Malboro, Curro Candela, Vanessa Puñales, Estrellita la Moderna y demás; y la inigualable voz de Constantino Romero. En México sacaron años después la cutreversión, pero creo que duró pocos meses, no supieron sacar provecho al concepto y el presentador no tenía el carisma de Constantino.
jueves, noviembre 08, 2007
Mi nombre Cyborg
Para esos días que no se tiene cabeza para un post largo, siempre se puede recurrir a estos artilugios. =p
lunes, noviembre 05, 2007
El esqueleto de la Sra. Morales
El esqueleto de la Sra. Morales es una película mexicana clásica de comedia negra. Basada en un relato de Arthur Machen y adaptada para pantalla por un colaborador de Buñuel, la obra juega con la crueldad de una mujer que busca la beatitud y el reconocimiento social debido a su sacrificio, a la vez que hace la vida miserable a aquellos que tienen que vivir con ella.
Es dificil llevar ésta obra al teatro ya que la profusión de escenarios hace que sea muy caro lograrlo, sin embargo se hizo la adaptación por medio de la técnica de Clown, donde lo importante es la gesticulación y el juego en escena de los actores. Así, contando tan sólo con seis actores, una bailarina, una camilla de auscultación, dos sillas de metal y un esqueleto, la compañía recrea la historia de manera hilarante. Mediante la pantomima, sonidos ambientales, cambios de vestuario mínimos y mucha representación física, se da vida a la historia. Los propios actores se vuelven narradores de los acontecimientos, o al menos de los lugares, que después el espectador ha de imaginar para completar la acción que se lleva a cabo sobre el escenario. Resulta sorprendente ver cómo un simple cambio de gesto y el uso de un sombrero o una bufanda sirven para convertir a un sacerdote en un borracho de cantina o en un niño de cuatro años. Realmente maravillosa resulta la actuación.
Respecto a la historia, la trama gira en torno a Pablo y Gloria Morales, un matrimonio sin hijos donde la mujer vive amargada debido a una discapacidad física, además del eterno optimismo de un marido que ejerce un oficio que le parece degradante: la taxidermia. A su vez, Pablo vive sufriendo las eternas quejas y celos de su mujer, la cual lleva sus afanes religiosos a extremos desesperantes, impidiéndole siquiera tocarla. Pablo desea tener hijos, salir a pasear con su mujer y compartir las cosas buenas y sencillas de la vida. Esta actitud amarga aún más a Gloria que vive recluída en casa o en la iglesia, donde trata de lograr un lugar sobresaliente en la congregación, aún a costa de inventar eternos dramas donde ella es la víctima de un marido desobligado y alcohólico.
Así transcurre la vida de tan infeliz matrimonio hasta el día que, tras haber recibido una golpiza por parte de los vecinos por los supuestos maltratos de los que hace víctima a su santísima mujer, Pablo informa a los que le inquieren por Gloria de que ésta se ha marchado. Mientras tanto, se dedica a tratar amorosamente a un esqueleto con una extraña deformidad física, por lo que algunos vecinos empiezan a sospechar. ¿Mataría Pablo a su mujer?
Recomiendo que vayan a disfrutar de tan divertida puesta en escena y descubran el desenlace, si no conocen la obra, y si son fans de la película, pues con mayor razón vale la pena ir a ver la estupenda adaptación que se hace. La obra estará en escena todos los jueves hasta el 6 de diciembre a las 5 y 8:30 pm en el Teatro Rafael Solana del Centro Cultural Veracruzano, sobre Miguel Ángel de Quevedo 687, en el Sur de la Ciudad. La entrada cuesta $200.00.
Es dificil llevar ésta obra al teatro ya que la profusión de escenarios hace que sea muy caro lograrlo, sin embargo se hizo la adaptación por medio de la técnica de Clown, donde lo importante es la gesticulación y el juego en escena de los actores. Así, contando tan sólo con seis actores, una bailarina, una camilla de auscultación, dos sillas de metal y un esqueleto, la compañía recrea la historia de manera hilarante. Mediante la pantomima, sonidos ambientales, cambios de vestuario mínimos y mucha representación física, se da vida a la historia. Los propios actores se vuelven narradores de los acontecimientos, o al menos de los lugares, que después el espectador ha de imaginar para completar la acción que se lleva a cabo sobre el escenario. Resulta sorprendente ver cómo un simple cambio de gesto y el uso de un sombrero o una bufanda sirven para convertir a un sacerdote en un borracho de cantina o en un niño de cuatro años. Realmente maravillosa resulta la actuación.
Respecto a la historia, la trama gira en torno a Pablo y Gloria Morales, un matrimonio sin hijos donde la mujer vive amargada debido a una discapacidad física, además del eterno optimismo de un marido que ejerce un oficio que le parece degradante: la taxidermia. A su vez, Pablo vive sufriendo las eternas quejas y celos de su mujer, la cual lleva sus afanes religiosos a extremos desesperantes, impidiéndole siquiera tocarla. Pablo desea tener hijos, salir a pasear con su mujer y compartir las cosas buenas y sencillas de la vida. Esta actitud amarga aún más a Gloria que vive recluída en casa o en la iglesia, donde trata de lograr un lugar sobresaliente en la congregación, aún a costa de inventar eternos dramas donde ella es la víctima de un marido desobligado y alcohólico.
Así transcurre la vida de tan infeliz matrimonio hasta el día que, tras haber recibido una golpiza por parte de los vecinos por los supuestos maltratos de los que hace víctima a su santísima mujer, Pablo informa a los que le inquieren por Gloria de que ésta se ha marchado. Mientras tanto, se dedica a tratar amorosamente a un esqueleto con una extraña deformidad física, por lo que algunos vecinos empiezan a sospechar. ¿Mataría Pablo a su mujer?
Recomiendo que vayan a disfrutar de tan divertida puesta en escena y descubran el desenlace, si no conocen la obra, y si son fans de la película, pues con mayor razón vale la pena ir a ver la estupenda adaptación que se hace. La obra estará en escena todos los jueves hasta el 6 de diciembre a las 5 y 8:30 pm en el Teatro Rafael Solana del Centro Cultural Veracruzano, sobre Miguel Ángel de Quevedo 687, en el Sur de la Ciudad. La entrada cuesta $200.00.
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