Tras el traumático cierre de nuestra casa naranja hemos quedado huérfanos y desamparados a la merced de los impredecibles vientos de la red, llenos de palabras y pensamientos que no sabíamos dónde expresar por lo que, de forma paulatina pero incesante, hemos llenado el cyberespacio de blogs para vertir ese caudal incontrolable de ideas e idas de olla que teníamos por costumbre desfogar en los múltiples foros. A escasos 3 meses -sí, sólo 3, aunque parecen siglos- podemos ver la evolución de esta corriente de onanismo, como álguien que yo me sé dijera. La red de huérfanos naranjas se teje y entreteje, retuerce y multiplica. A través de los blogs encuentra uno de nuevo a los conocidos, y algunos a los que jamás prestó atención. Los blogs permiten conocer de una forma más íntima a la gente, aunque jamás lleguemos a ver sus rostros ni saber sus verdaderos nombres. ¡Qué rica es la experiencia de leer a otros! Abrir una ventanita en sus mentes, ver lo que les interesa, les preocupa, sus idas de olla. Leer esas bitácoras ajenas permite percibir el mundo de otra forma, abrirse a nuevas ideas y sueños, echarse unas buenas risas con un desconocido que, de tanto visitarle, se convierte en un buen colega.
Hay quien escribe para los demás más que para sí mismo, otros necesitan ver sus ideas en pantalla para aclararse, los divulgadores y líderes de opinión, y los que escriben y después se arrepienten... De todo hay en la viña del señor, el blog es un espacio para descargar los fantasmas que nos atormentan, o aquella idea que se quiere gritar a los 4 vientos; compartir esa foto tan interesante, un evento que nos indigna, lo último en tecnología. Porque hay tantos blogs como personas interesadas en expresarse, y algunos no se conforman con una sóla página, y sacan una para cada estado de ánimo o temática específica a tratar.
A fin de cuentas, el bloguear es un sano ejercicio mental que nos ayuda a descargar en un solo sitio la mente y nos evita la indecorosa manía de asaltar a desconocidos con nuestras paridas, y es mucho más económico que pagar a un psicólogo.
Por eso, mi recomendación es:
¡Bloguead! que es imperativo!
2 comentarios:
Ahí la llevamos, no os impacienteis. SE hace lo que se puede
Yo me lo estoy pasando genial... La verdad es que no pensé que sería ni tan divertido ni tan interesante.
Totalmente de acuerdo Errantus!
Besos
María
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