viernes, julio 29, 2005

Cafeína 1, Errantus 0


Nada, que he recaído, que no aguanto más. Ayer retomé el viejo hábito, o vicio, como se prefiera. Definitivamente soy adicta y pudo más el aroma del café que las prohibiciones del médico. Un delicioso Latte con frambuesa fue mi perdición, no hay té negro que pueda competir con eso. Después de eso, un litro de americano, y para rematar un café de olla, con canela, a la hora de la cena. Así que hoy tengo un dolor de cabeza espantoso, ¿acaso resaca por el golpe de cafeína? Puede ser. Lo cierto es que una coca-cola y un americano no han ayudado a remitirla, ni la consabida aspirina. Como esto siga, saco las pastillas de la migraña y me voy por un expresso doble para ponerme a tono. Lo admito, necesito mi café. ¿Eso me mantendrá más inspirada? No lo sé, pero hoy estoy dispuesta a naufragar por completo, y que me comparen con el Titanic.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hmmm, debo admitir que se me hacia muy dificl imaginarte sin tomar cafe, el cafe es parte del estereotipo "Errantus" ... crees que el medico te vuelva a indicar que lo dejes ?

Karina Llergo dijo...

un café de olla, con canela??????? mujer como te envidio.
Bueno, no habias perdido mucha inspiración, pero el aporte extra espero que se note ;)

saludines

Anónimo dijo...

hay cosas a las que un mortal no puede resistirse y una tacita de café, en mi caso, es una de ellas.
aunque mis papilas gustativas han sufrido mucho por el abuso del cigarro al grado de no poder distinguir adecuadamente los distintos matices y sutilezas de los muchos tipos de este brebaje no puedo evitar el tomarme mi obligatoria taza matutina y la ultima me la tomo antes de dormir.
¿sere un adicto?, lo que se es que simpatizo contigo Errantus, y aunque pocas veces he llegado a tomar mas de 3 o 4 tazas de un jalón si que he sentido la "cruda" de la cafeina X(
mencion aparte merecen las deliciosas tazas de cafe que me tomaba en las casas de mis tias, alla en el pueblo de mi madre, donde, a la edad de 8 o 9 años, despertaba, me tomaba la 1a., salia corriendo a tomarme la 2a. con mi otra tia y regresaba por la 3a. y mi pan.:D

Errantus dijo...

Yo crecí con el aroma del café como referente de hogar. Las pláticas familiares siempre eran en torno a esta bebida, y no sabes lo que me chocaba que mi abuelita no me diera café de chica. Hasta después de entrar a la primaria me dejó tomarlo un poquito más concentrado que pura leche con unas gotitas de café para darle sabor.

Y ya conforme fui creciendo, acabé por adoptar la costumbre de una de mis tías, de servir pura "taza pelada" para no levantarse tan seguido por más café, ni estar preparando cada media hora. Si por nosotras hubiera sido, con venoclisis directo a la vena. XD