martes, mayo 09, 2006

Madredeus en concierto

El Palacio de Bellas Artes, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es una maravilla arquitectónica que, junto con muchas otras imponentes construcciones, dio pie a que a esta mefítica ciudad se le llamase la Ciudad de los Palacios. Con su hermosa entrada de marmol, las estatuas que le rodean y embellecen y una magnífica noche de abril, calurosa y despejada, el ambiente era ideal para disfrutar de un concierto. Debo confesar que Madredeus eran para mí casi unos desconocidos, pues aunque sabía de su existencia y contaba con una canción de ellos cortesía de uno de mis amigos, que tuvo la gentileza de invitarme, no sabía realmente lo que iba a escuchar. La sala estaba a reventar, lo que acrecentaba más el calor, y se veía gente de los más diferentes estratos sociales, que creaban un murmullo constante como de avispero. Por suerte, si hay algo que caracteriza a Bellas Artes es la puntualidad con que inician sus eventos, así que no tuvimos que esperar mucho tiempo.

A la par que se apagaban las luces, el escenario se iluminó con spots dirigidos, mostrando cuatro sillas, 2 laptos, un teclado y un micro. Lentamente, 4 hombres de tuxedo y cabelllos blancos entraron y se dirigieron a sus respectivos sitios. Tres de ellos llevaban instrumentos de cuerdas, y el otro era el tecladista. La intensidad de las luces varió y entró a escena la diva, no hay otra forma de describirla. Enfundada en un hermoso vestido verde brillante con grandes flores carmesíes cual inmensos goterones de sangre se presentó Teresa, la voz del grupo. Las luces se tornaron suaves, cálidas, y dió comienzo un magnífico concierto dond todos los ejecutantes manejaban con maestría sus instrumentos, manteniendo al público cautivado. El manejo de luces ayudaba a dar más cntexto a unas canciones suaves, que llegaban directo a las emociones de uno, a pesar de no conocer el idioma. La primera parte del concierto se fue en un suspiro.

Para la segunda mitad, Teresa se cambió, usando un vestido granate con un bordado dorado en el ruedo. Sus movimientos eran suaves y sensuales, acordes con las canciones que interpretaba. A veces rodeada de luces rojas y naranjas que evocaban atardeceres, o flamas, a veces rodeada de reflejos azules y verdosos, que hacían sentir a la audiencia como sumergida en el mar mientras la voz de sirena nos mecía suavemente... Canciones acerca de Lisboa, de su puerto y sus naves, canciones a la tierra natal. Antes de poder darme cuenta, el concierto había concluido, o al menos eso creía. El público les ovacionó de manera increíble, al punto de que les obligaron a regresar al escenario, a seguir interpretando, no una, sino dos veces. La ovación fue ensordecedora, en parte por la acústica propia del lugar, pero principalmente por el entusiasmo de la gente. En definitiva, fue un concierto inigualable.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para aquellos que hemos tenido la fortuna de haber visto a Madredeus en mas de una ocasion, (en mi caso los he disfrutado en el Auditorio Nacional y en el Claustro de Sor Juana), el Concierto en Bellas Artes ha sido el final de una larga espera, por fin hemos podido disfrutar una vez mas de la eterea voz de Teresa Salgueiro y de las magnificas notas de sus talentosos acompañantes en directo, y con el añadido de estar en uno de los escenarios mas bellos de México la experiencia resulto francamente maravillosa.

Por algunos instantes la voz y la musica de Madredeus consiguieron transportarme a un mundo distinto, un mundo de colores, de luz y sombra, de sonidos hermosos y donde la belleza y la nostalgia se conjugaban para despues regresar y festejar con estruendosos aplausos y gritos la genialidad y el talento del grupo, y sobre todo de la voz de la Salgueiro.

No solo fue magnifico, el hecho de disfrutarlo junto con amigos hizo de este uno de los conciertos que con mas gusto recordare, aunque como siempre se queda uno con ganas de mas (sobre todo porque no he podido escuchar O Pastor en vivo, y lo mas seguro es que ya no lo pueda hacer :-( ).

Saludos

Lawbug dijo...

Se te echa de menos preciosa. A ver si te dejas ver pronto.

Besos

PD. Ya te comentaré el texto dejame que es muy tarde y no me lo he leido todo ;)

vitalis dijo...

Que envidia me das, yo ya hace un rato que no voy a ningun concierto en el centro...
Madredeus es un grupo sublime, y efectivamente, Teresa Salgueiro es toda una diva. Su voz melodiosa evoca la de una sirena y la imagen del puerto blanco desparramándose por las laderas de las colinas hasta el mar.
Hay una película de Wenders, llamada "La historia de Lisboa" que es una especie de documental-ficción sobre Madredeus y una reflexión profunda sobre la imagen y la percepción. Muy recomendable.